Tipos de fisuras en hormigón armado y clasificación
Las fisuras son una de las patologías más habituales en las estructuras de hormigón armado y por tratarse generalmente de elementos con una función estructural, requieren de un especial cuidado y diagnóstico. Por este motivo vamos a dedicar este artículo a estudiar los diferentes tipos de fisuras en hormigón armado y su clasificación.
La fisuración del hormigón consiste en la rotura del mismo y generalmente es apreciable en su superficie con un desarrollo lineal. Se puede dar el caso de una microfisuración interna, consecuencia de la llamada fatiga del hormigón y que produce un cambio en las propiedades del material.
La fisuración del hormigón no es por si sola algo que deba alarmarnos, de hecho se contempla que las piezas de hormigón armado se fisuren durante su estado de servicio. No todas las fisuras desembocan en problemas patológicos, pero si es conveniente estudiar cada situación con el detalle suficiente para poder establecer un diagnóstico que nos permita decidir si la estructura requiere algún tipo de intervención o no.
En un artículo anterior establecíamos las diferencias entre fisura y grieta en construcción, pero cuando hablamos de hormigón armado, hablar de fisura o grieta es lo mismo.
Clasificación de las fisuras en hormigón armado atendiendo a su tamaño.
Cuando alguna causa desencadena la fisuración del hormigón, por norma general existen tres tipos de fisuras atendiendo a su tamaño:
- Microfisuras: su espesor es inferior a 0,05 mm (no se aprecian a simple vista) y generalmente no suelen tener gran importancia.
- Fisuras: su espesor está entre 0,1 mm y 0,2 mm y las podemos percibir de forma visual. Generalmente a estas fisuras no se las considera peligrosas, pero si debemos tener en cuenta que pueden ser causa de alguna patología que termine afectando en mayor grado al elemento de hormigón. Debemos prestar especial atención a estas fisuras en ambientes agresivos, ya que pueden causar la corrosión de las armaduras.
- Macrofisuras: su espesor es mayor 0,2 mm. Cuando nos encontramos un elemento de hormigón armado con macrofisuras habrá que tomar medidas, ya que pueden suponen un riesgo para la estabilidad de las estructura.
Clasificación de las fisuras en hormigón armado atendiendo a su movimiento.
Las fisuras admiten una clasificación según el movimiento de las mismas. Dentro de esta clasificación encontramos:
- Fisuras estabilizadas o muertas: el espesor y desarrollo lineal de estas fisuras permanece invariable a lo largo del tiempo. El ejemplo más conocido son las fisuras originadas por las retracciones.
- Fisuras en movimiento o vivas: son fisuras cuyo espesor y desarrollo lineal varían a lo largo del tiempo hasta que se estabilizan. La causa que origina la fisuración está presente de una forma activa, lo que produce un deterioro del elemento estructural con el paso del tiempo.
Clasificación de las fisuras en hormigón armado según su origen o causa.
En función de la causa u origen de las fisuras en hormigón armado, podemos distinguir entre fisuras originadas por causas no estructurales y fisuras originadas por causas estructurales.
Las fisuras no estructurales generalmente van asociadas a problemas intrínsecos del propio hormigón armado. Estos problemas pueden tener su origen durante el proceso de fabricación del hormigón, durante el fraguado o durante la puesta en obra.
Las fisuras estructurales pueden tener su origen en la fase de proyecto de la estructura o durante la ejecución de la misma. En este caso, las fisuras aparecen por un comportamiento deficiente de las estructura frente a las solicitaciones a las que está sometida.
Fisuras originadas por causas no estructurales:
- Fisuras de afogarado (retracción plástica).
- Fisuras de retracción hidráulica.
- Fisuración por entumecimiento hidráulico.
- Fisuras de ejecución en estado plástico.
- Fisuras de origen térmico.
- Fisuras de origen químico.
Fisuras originadas por causas estructurales:
- Fisuras debidas a acciones mecánicas.
Fisuras de afogarado (retracción plástica).
El afogarado se produce mientras el hormigón está en estado plástico, como consecuencia de una desecación superficial. En tiempo seco, soleado o en zonas geográficas donde predomina el aire seco, hay que prestar una especial atención a este fenómeno.
Estas fisuras suelen aparecer en las primeras horas tras el hormigonado. Aparecen con más frecuencia en elementos en los que predomina la superficie, por ejemplo losas.
Estas fisuras no suelen suponer una merma de la resistencia del elemento estructural afectado. Si estas fisuras no pueden llegar a facilitar la corrosión de las armaduras, carecen de importancia, a menos que supongan un problema como defecto estético.
Fisuras de retracción hidráulica.
Las fisuras de retracción hidráulica se producen durante el fraguado del hormigón. Durante el endurecimiento del hormigón, este disminuye de volumen y si el elemento estructural tiene impedido el movimiento, se producirán fisuras.
Estas fisuras pueden aparecer años después de la puesta en obra del hormigón y generalmente no suponen un peligro para la estabilidad de la estructura, aunque si pueden afectar a la durabilidad del hormigón.
Fisuración por entumecimiento hidráulico.
Si el proceso de fraguado del hormigón se realiza en contacto con agua, este aumenta de volumen (entumecimiento) originándose así las fisuras. Generalmente los efectos del entumecimiento en el hormigón carecen de importancia.
Fisuras de ejecución en estado plástico.
Son fisuras generalmente estéticas que afectan al hormigón durante las primeras horas tras su puesta en obra. Son consecuencia de movimientos en los encofrados, deslizamientos del hormigón por gravedad, etc.
Fisuras de origen térmico.
Estas fisuras se originan por los cambios de volumen, que a su vez son provocados por el gradiente de temperaturas existente en la masa de hormigón. Se presentan como grietas superficiales muy finas, que en ocasiones no apreciaremos a simple vista.
Se distinguen los movimientos de dilatación y contracción de la estructura, que si ven coartado su desplazamiento pueden provocar fisuras. Para evitar esto, generalmente se establecen una serie de juntas de dilatación de la estructura en fase de proyecto.
Fisuras de origen químico.
Durante el proceso de fraguado del hormigón se producen una serie de reacciones químicas expansivas que pueden originar fisuras. No vamos a hondar en este proceso químico, pero se le conoce como reactividad árido-álcali.
También se pueden producir fisuras por corrosión de las armaduras, ya que al corroerse el acero aumenta de volumen creando tensiones internas.
Fisuras debidas a acciones mecánicas.
En este apartado se agrupa toda la tipología de fisuras que son síntoma de un funcionamiento incorrecto de la estructura. Las causas son muy numerosas, entre las que nos podemos encontrar: solicitaciones excesivas (compresión, tracción, cortante, flexión, torsión y punzonamiento), disposición incorrecta de la armadura, exceso de deformación, asientos excesivos, etc.
Otros conceptos relacionados que debemos conocer.
Desagregación del hormigón: el cemento deja de funcionar como un aglomerante como consecuencia de un ataque químico, lo que origina el desprendimiento de los áridos.
Disgregaciones: roturas del hormigón como consecuencia de tensiones internas.
Eflorescencias: las sales transportadas por el agua se acumulan en los poros superficiales del hormigón formando unas manchas o costras (generalmente de color blanco).